martes, 2 de abril de 2013
Y
desperdiciar una oportunidad brindada
Ella estaba desnuda sobre él
parecían dos sombras que se conjugaban con la muerte
el le besaba el sudor que resbalaba entre los senos
ella lo tomaba salvajemente por la boca
lo provocaba una y otra vez
él se abalanzaba sobre su cuerpo como un potro sin estribos
ella gemía incansable mientras el le tomaba los senos como una escultura griega y los besaba
lentamente
ella con el falo entre sus piernas
lo arrebataba a él a su carne
le apretaba el pecho velludo
el le besaba el abdomen como una cascada
se hundía en su ombligo
ella le mordía los labios bruscamente
el le besaba el cuello
y se conjugaban en un solo cuerpo
él le sabia a hombre un sabor masculino que la excitaba
ella le olía a mujer en llamas cuando su cuerpo desea ser penetrado
se besaban las infamias, el dolor y el desengaño
y repetían el acto de amarse durante horas y horas
hasta que ella se quedo en silencio y descubrió que el ya no estaba.
Ella estaba desnuda sobre él
parecían dos sombras que se conjugaban con la muerte
el le besaba el sudor que resbalaba entre los senos
ella lo tomaba salvajemente por la boca
lo provocaba una y otra vez
él se abalanzaba sobre su cuerpo como un potro sin estribos
ella gemía incansable mientras el le tomaba los senos como una escultura griega y los besaba
lentamente
ella con el falo entre sus piernas
lo arrebataba a él a su carne
le apretaba el pecho velludo
el le besaba el abdomen como una cascada
se hundía en su ombligo
ella le mordía los labios bruscamente
el le besaba el cuello
y se conjugaban en un solo cuerpo
él le sabia a hombre un sabor masculino que la excitaba
ella le olía a mujer en llamas cuando su cuerpo desea ser penetrado
se besaban las infamias, el dolor y el desengaño
y repetían el acto de amarse durante horas y horas
hasta que ella se quedo en silencio y descubrió que el ya no estaba.
lunes, 1 de abril de 2013
Lilith
Ella solo es una sombra
un recuerdo de aquello que no fue,
hundida en el mar rojo
es uno más de mis fracasos,
ella es un beso alicorado muerto entre mis labios
una nota sátirica de un alma muerta
una esperanza perdida en el olvido
una llama ardiente apagada en mi sudor,
su pelo es una noche entera esparcida en mi pasado
ella mira su sombra siniestra que aún cobija mi somnolencia
sus labios rojos, hechizo de la carne teñidos con mi sangre
vagan por el deseo buscando sátiros
sus dientes con pedazos de mi carne
devoran entre el pecho corazones fugitivos
va desnuda entre arenas de playas oscuras
sus senos de durazno trepan el viento
sus pezones de flor de ceiba
caminan aun mi boca
sudando el carmín de una noche roja
su olor a deseo insaciable resbala por mis labios
su flor de loto se eleva del pantano al espíritu del deseo
me vuela con sus alas de nácar
reluce sus colmillos vampiricos como dos cuernos de hueso de caimán
me besa el cuello buscando mi sangre
le excita el latido de mi corazón humano
me deshoja los oídos con sus suspiros excitantes
me desnuda la piel desértica entre sus manos
y una vez salvaje como un huracán me desposee de mis prendas
termino en su abrazo ciego cabalgando con ella su cuerpo
miro la ventana me evoco entre su voz diciendo te amo
me sumerjo entre sus piernas como una lágrima
vuelvo a nacer en el brillo de sus ojos
ella llora siente que es el final de un único momento
se viste con su alma negra llena sus ojos de odio
y se va como un demonio arrastrando su sombra
se encierra en su oscuridad una eternidad llorando sin derramar lágrimas
meditando su error, su dolor, su venganza
vuelve hoy desnuda como un privilegio legitimo de un espejismo del desierto
me mira la cara con ternura, se abraza a mi pecho, blanca como el viento
sin ninguna máscara, sin rencor, se somete a mi silencio
quiere quedarse así por siempre
llora manantiales de cristal
y desnuda me da un beso
hasta que desaparece
y quedo entre la hiedra
amarrada al Edén
no hay Eva que llene su ausencia
se fue y sigo esperándola
en la cara oculta de la luna
el cada lago desnudo
entre cada silfo del aliento del aire
entre cada espíritu negro
entre cada sábana roja como sus labios
entre cada rosa en el invierno
y la encuentro entre mis primaveras
dándome calor
mujer ya no eres de sangre
eres de eternidad
la encuentro en mi silencio
daga clavada aun en mi pecho
ya no quiero amarla
renuncio a su atadura
me duele amarla amarrarme a su sombra
la olvido
me voy lejos de su recuerdo
a un lugar donde ella no exista
ya no la amo,
soy de nuevo feliz
libre del deseo innecesario de recostarme a su lado
despierto sin sangre entre el frió de las montañas
renaciendo de la nada akasha
despierto sin tierra ni norte sin ella
aterrizo en valparaiso
felice de haberme ido
la dejo en su pantano
soy una nube sin cielo lo sé
un arco iris sin cofre
soy una puerta sin quicio
llegue a sus pechos una noche
llegue a la puerta de su orquídea
llegue a su olor a mujer de fuego
llegue sumeria a su cuerpo de curvas aladas
llegue desprovista de pasado
fui la copa de sus labios
ella el veneno se derramo en mi
fuimos un solo encanto un hechizo
le rompí el corazón por amarla
ella me lo rompió por no amarme
cayó en su abismo
yo no la rescate
caí en mi noche de fuego
lágrimas que queman el alma
y nunca más me prometí
volver a amarla.
Ella solo es una sombra
un recuerdo de aquello que no fue,
hundida en el mar rojo
es uno más de mis fracasos,
ella es un beso alicorado muerto entre mis labios
una nota sátirica de un alma muerta
una esperanza perdida en el olvido
una llama ardiente apagada en mi sudor,
su pelo es una noche entera esparcida en mi pasado
ella mira su sombra siniestra que aún cobija mi somnolencia
sus labios rojos, hechizo de la carne teñidos con mi sangre
vagan por el deseo buscando sátiros
sus dientes con pedazos de mi carne
devoran entre el pecho corazones fugitivos
va desnuda entre arenas de playas oscuras
sus senos de durazno trepan el viento
sus pezones de flor de ceiba
caminan aun mi boca
sudando el carmín de una noche roja
su olor a deseo insaciable resbala por mis labios
su flor de loto se eleva del pantano al espíritu del deseo
me vuela con sus alas de nácar
reluce sus colmillos vampiricos como dos cuernos de hueso de caimán
me besa el cuello buscando mi sangre
le excita el latido de mi corazón humano
me deshoja los oídos con sus suspiros excitantes
me desnuda la piel desértica entre sus manos
y una vez salvaje como un huracán me desposee de mis prendas
termino en su abrazo ciego cabalgando con ella su cuerpo
miro la ventana me evoco entre su voz diciendo te amo
me sumerjo entre sus piernas como una lágrima
vuelvo a nacer en el brillo de sus ojos
ella llora siente que es el final de un único momento
se viste con su alma negra llena sus ojos de odio
y se va como un demonio arrastrando su sombra
se encierra en su oscuridad una eternidad llorando sin derramar lágrimas
meditando su error, su dolor, su venganza
vuelve hoy desnuda como un privilegio legitimo de un espejismo del desierto
me mira la cara con ternura, se abraza a mi pecho, blanca como el viento
sin ninguna máscara, sin rencor, se somete a mi silencio
quiere quedarse así por siempre
llora manantiales de cristal
y desnuda me da un beso
hasta que desaparece
y quedo entre la hiedra
amarrada al Edén
no hay Eva que llene su ausencia
se fue y sigo esperándola
en la cara oculta de la luna
el cada lago desnudo
entre cada silfo del aliento del aire
entre cada espíritu negro
entre cada sábana roja como sus labios
entre cada rosa en el invierno
y la encuentro entre mis primaveras
dándome calor
mujer ya no eres de sangre
eres de eternidad
la encuentro en mi silencio
daga clavada aun en mi pecho
ya no quiero amarla
renuncio a su atadura
me duele amarla amarrarme a su sombra
la olvido
me voy lejos de su recuerdo
a un lugar donde ella no exista
ya no la amo,
soy de nuevo feliz
libre del deseo innecesario de recostarme a su lado
despierto sin sangre entre el frió de las montañas
renaciendo de la nada akasha
despierto sin tierra ni norte sin ella
aterrizo en valparaiso
felice de haberme ido
la dejo en su pantano
soy una nube sin cielo lo sé
un arco iris sin cofre
soy una puerta sin quicio
llegue a sus pechos una noche
llegue a la puerta de su orquídea
llegue a su olor a mujer de fuego
llegue sumeria a su cuerpo de curvas aladas
llegue desprovista de pasado
fui la copa de sus labios
ella el veneno se derramo en mi
fuimos un solo encanto un hechizo
le rompí el corazón por amarla
ella me lo rompió por no amarme
cayó en su abismo
yo no la rescate
caí en mi noche de fuego
lágrimas que queman el alma
y nunca más me prometí
volver a amarla.
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