lunes, 24 de febrero de 2014



Besaré los velos de Cleopatra
me enredaré en las colinas de su pelo
me amarraré a sus senos
en gotas de lluvia de nilo
le besaré la piel árdida
y bajaré por su abdo terso
lubricaré su veneno
le tocaré las arpas de seda
y me meteré dentro de su luna
como un ópalo perdido en la duna
le quitaré la diadema de oro
regaré su pelo en la arena
y navegaré en sus barquelas
hasta morir entero dentro de su cuerpo.




Mi silencio besa tus poros,
me veo en el atardecer yáceo
como una hoja más que cae rota
y tapa el ochaso
mis lágrimas llenan el ánfora de la ausencia,
la ventana esta rota por la llovia
el faire esta frio y negro
me miro en los espejos del desconcierto
con las alas negras,
las dos rahyas cortantes 
del mimo bajo el ojo


La noche oka
la dolce noche
salvame del dolor
llevame a soñar
me metro dentro de la lona
en la luna a rodar en sus brazos
a onirias desconocidas
a vitrar en paisajes yertos.